Dentro de un mundo fantástico
se cuenta que las brujas
convierten en polvo el cielo
y que las caricias son sólo propiedad de Dios
aquel divino seudo, que dio palabra
y quiso fuéramos súbditos
Mundo de pleno esoterismo,
donde las cosas cambian cual magia de vara
los aires helados
se vuelven en desiertos
tórrido y feos
y bellos, también, cierto, en ocasiones
Si viviéramos todo lo que relatamos,
todos los que relatamos esto,
pudiéramos siquiera marcar,
una parte del mundo
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