lunes, abril 27, 2015

La banalización del sexo

Por Pablo Aldaco / Dossier Politico
Dia de publicación: 2015-04-27
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Dada la creciente influencia de los medios de comunicación en nuestra sociedad, la promoción del buen sexo y de la infidelidad, ha ido cobrando fuerza: "¿Buscas mujeres casadas? Sólo da un click aquí y listo", dice un portal de Internet que nadie pide ver, pero aparece como publicidad intrusa. "¿Eres casado y estás cansado de tu mujer? Discreción garantizada al 100%", dice otro. Como producto chatarra, la mercancía del sexo fácil y casual se ha convertido en el pan de cada día. El ser humano es instinto; pero también es civilización, cultura, madurez y aprendizaje. Y muchas veces nos vanagloriamos de ser adultos, responsables, de llevar comida a la casa y "ganarnos la vida"; pero no basta. No, si aspiramos a un verdadero crecimiento personal y colectivo. No es esto un manual de "buenas costumbres"; si acaso, una visión personal de lo que está pasando en nuestro mundo que, ya no se sabe, si evoluciona o involuciona. No es que el sexo sea malo, todo lo contrario. La cosa está en qué tanto lo disfrutamos y qué tanto ya no tiene que ver con el placer en pareja. ¿A quién elegimos? ¿Es sólo un cuerpo, o una persona que inspira cierto tipo de amor o estima? ¿Es alguien a quien no veremos jamás, después de lo hecho? ¿Se trata de una persona realmente confiable? A medida que la historia avanza, crece la trivialidad respecto de algunos temas, incluso tabúes. La enorme caja de la llamada "modernidad" lleva una buena dosis de frivolidad y decadencia. La liberación de la mujer, desde el voto hasta la conquista de todos sus legítimos derechos, ha implicado una mayor liberación del hombre y ésta nos ha afectado de tal manera que, a veces, no nos damos cuenta de ello y percibimos el rol de ambos sexos al parejo.

Deberíamos reflexionar si los animales somos nosotros. Los llamados animales (la palabra animal proviene del término “ánima” que significa alma) han demostrado, fuera de sus comprensibles y naturales instintos, un amor incondicional y desinteresado ("el amor al prójimo") y un equilibrio constante con la naturaleza. También está la cuestión de hacia dónde hemos llevado el concepto de matrimonio. ¿Por qué demonios nos casamos sin reflexionar? Son muchos los casos y alta la tasa de divorcios. Pero el libre albedrío existe y cada quien, sobre todo en el “mundo adulto”, tiene el reverendo derecho de hacer lo que le plazca, pese a aplastar cualquier principio de sentido común. Herir al prójimo traicionándolo, sin un acuerdo previo como el de las "relaciones libres", por ejemplo, ¿es algo loable? Si tan liberales somos, ¿por qué no lo somos más aún y acordamos con nuestra pareja hacer un pacto para evitar la posibilidad de herirnos mutuamente?

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