Los últimos pasos

Primero fue la playa, La Paz, el cotorreo con los escritores, la bebida, la cantada y la leída, un octubre de lunas y lunadas; después Joaquín Sabina, en Ciudad de México, donde estoy y escribo. Él vestía de gorro y sombrero y sonreía.

Ahora acabo aquí, el clima defeño se ha pasado de frío. Siento notalgia. Recuerdo a Alejandra desde que dejé de verla; le extraño y lo sabe y sabe que también la adoro. Le beso cuando ella piensa que ella me besa. Y ambos nos soñamos. Lo he lucido.

!Cursimente cierto!

No quería dejar pasar el acto de comunicar a sus ojos las últimas andanzas.

Ya el sueño pide su lugar y el vacío se desvive.

Fluidez del retorno

Desviviéndome para otorgar a las manos del cautivo la más inmensa productividad de mis adentros, desoyendo al pájaro inútil de la remembranza, acortando el tiempo perdido, sendas de rabia inspirativa: !iluminado retorno que a orillas del mar deseado firmemente atraca!

A 19 de octubre

Les escribo desde "Paulo Freire" y desde estos ojos que dan luz al acto íntimo, después de una ausencia prolongada.

La siguiente semana, por eso de estos días en los que estamos justamente, habrá fiesta en La Paz BCS y en el Distrito Federal. En ambas tierras vivirá la presencia que ausente se ha visto.

30 Sabina en Auditorio Nacional.

Ya avisados a sus sentidos los quehaceres de esta hilacha, por momentito me despido, por momentito vuelvo.

Sueño dirigido

Sólo decir que este Colmo está por yacer. Sin afán solemne ni predisposición corriente, está por yacer. ¿Hablar de Colmo? La incertidumbre es una gigante vertiente; abre espacios, por naturaleza, a la vacuidad, amplios espacios, a la vacuidad. Y navegar en territorios de Nada y precipitarse ante la sombra adversa y demoler la noche con una sola invocación, y terminar.