Es la distancia con el otro conjugando el tiempo que reclaman los deseos
Es el amor a costa del suplicio, dejado expuesto en el lenguaje
Es ser con el otro, lo que no siendo puede serse
Amémonos con el instinto, viviendo fuera del cuerpo.
sábado, noviembre 01, 2008
Ya no tarda en oírse el murmullo de los niños, A la hora del café de los adultos, Cuando el pan se tuesta en la ausencia de sus almas
Ya no tarda en ocupar el sol la sombra más grande, Con su luz mitigadora y los sueños de Dios bendito, Que tanto ha hecho falta, tras su abrupta partida
Los astros del invierno incitan al cobijo, Veo vagabundear al viejo que nunca tuvo casa Y mi voz amenaza, con despertar el sueño.