miércoles, diciembre 20, 2006

Gajes decembrinos

Por despejarme un tiempo de esta ciudad; por ir al puerto un tiempo con la familia y el mar; por aquello o cualquier otra cosa; por simple afán de restregar en su cara que estas letras son para ustedes mismos y para la cura de un servidor... les aviso que estoy de vuelta, al ruedo de vuelta, tras solamente seis días de haberme apartado. Total, siempre se está de vuelta, rememorando, evocando, dando vistazos a una dimensión curiosa y anhelante como la sensación de no ver lo que siempre va contigo. La necesidad de autosurgirnos, la necesidad de destellar nuestras propias luces, la necesidad de abandonarnos y después la de arroparnos, ésa, ¿es ésa la que palpas?

!¿Quieres extrañar a Alecita?! Quiero extrañarla quiera o no quiera, ya que extrañarla es una forma, bien, de amarla. Por aquello de no darle tiempo al tiempo de que se ocupe de que Pablito Narciso extrañe a Alecita, éste se estará en sus viajes menos tiempo que el que se estuviera sin tenerla, por aquello de no sentir lo horripilante que es sentir que se extraña en una dosis no conveniente.

Tenerla es alcanzar el grado máximo, la estatura inalienable de una hendida estatua, fija, firme; tenerla es elevarte, conocerte, ser carne doblemente.

Y teniéndote es tenerte siempre.

Síndromes que aquejan

Dicen por ahí que los blogueros, en general, andan aflojerados. ¿Qué síndrome nos acongojará? ¿Será "el mal del enano impuesto"? ¿Será el invierno? ¿Sera qué? ¿Nada será? Me gustaría acercarme a la respuesta; me gustaría cazar pronto la respuesta. ¿Qué dicen?

jueves, diciembre 14, 2006

Fin de año

Hoy es un buen día para postear. Si interesa, vengo de casa de Alejandra. Fuimos al “Café de los miércoles”, si interesa y aunque no interese, pues sólo lo que las palabras quieran escribir va a desenvolverse. Total que el “Café” no fue “Café”, sino sólo “café” por llamarle de una rutinaria forma, ya que lo que se tomó fue soda helada y lo que se comió pizza y botana.

¡Hombre, no puedo tornar máquina la pluma! ¡Inclusive pareciera que la pluma es la que desarrolla sus palabras y no la mente, que la gobierna!

Ya se alejaron los tragos y ya se alejó el frío al reestablecerse en el hogar, triste y feliz hogar. ¡Porque dulce lo monótono nunca! Pero, ¿cómo opacar la costumbre si siendo costumbre es ley de lo inamovible?

La navidad va a pasarse en Tijuana, capital de la mercancía drogueril; a Tijuana no se llegará por vía aérea: primero se llegará a La Paz por vía aérea y de ahí a Tijuana se irá por la terrestre, o sea, se recorrerá gran parte de la Península. No hay Big Brother para ver semejante viaje, pero, ¡bah!, mientras cualquiera que porte nombre se distraiga con familia loca, otro cualquiera que otro nombre porte se distraerá en otras cumbres, en otros cielos, en otras fiestas.

Gracias a las cuatas y cuates que se asoman a este blog. Por ello éste vive. Aunque a veces se resfríe, su levantamiento es sin duda un día que inste a la maniobra. A veces peca de inlaborioso, de incumplido, de confesadamente inocuo

Pero jamás será soldado ni objeto de una disciplina nacida por la fuerza.

Golpe ligero y final:

Como siempre ha sido: para todo un diploma, una constancia, un certificado que sólo tiene validez en puertas que se han abierto para validarlo: puertas sucias, de aparente afluencia y de potente abandono: ¿Llorarán a solas los secretos golpeantes?

miércoles, diciembre 13, 2006

Se dice

Se dice que estuve aquí tratando de acertar en la realidad, sin el complejo de saberme extendido.

lunes, diciembre 04, 2006

Retardo y asumido egoísmo

!Qué mudo se ha estado! Deberé recuperar mi lengua y mi ajetreo. Ya van a dar las doce y vengo de casa de Alejandra. Mañana: la penúltima semana de escuela. FECAL me ha tenido un poco castrado de la lengua y de la voluntad. Es enano física y mentalmente. Llegamos a la conclusión de que quizá pueda ser que sea un gnomo. Su sanación la veo no remota, no ultralejana, sino imposible. !Influye la idiota política! Y dejo de otorgarle espacio, pues no es más que un alguien que trata de engrandecerse, deuda de su arremolinamiento enánico.

Ahora le otorgo espacio a decirles que... ¿qué? Que como rota mi cama, duermo en un suelo. Y es agradable dormir en un suelo, acobijado, pues cala bastante el climecita. !Y por las noches puede ser verdaderamente de temer! ¿Será que a este desértico le han picado sus raíces?

Y... que mañana iré por café muy temprano, muy cargado, por eso de las nueve o diez, al puestecito que enfrente queda del Seguro Social. Ramón, profesor de Ciencias, me dice que no vaya que porque quizá los enfermos que van al puesto enferman de su enfermedad lo que consumo. !No lo creo, sólo creo la posibilidad!

Entonces, !qué va!, por fin pude escribir una línea, más bien un conjunto de líneas. Ellas tratan de explicar el universo pequeño o grande de su entusiasta.

!Hasta la próxima vereda!