Cuando acabe el año
Si con tu lengua tocas mis labios,
y una lámpara pequeña,
ilumina las sábanas de nuestra entrega
Si con mi boca acaricio tu alma,
y la noche arrulla los recuerdos,
no te olvides de la fe ni del cielo
ni de cuando nacimos,
ni de la inocencia,
pero que sigan esos labios,
acariciando nuestras pieles,
para dormir tranquilos,
cuando acabe el año.
martes, diciembre 31, 2013
jueves, diciembre 19, 2013
miércoles, diciembre 18, 2013
A LA HORA DEL COMBATE
Para mí, Ser Alfa va más con la actitud y la fuerza con la que se afronta la vida, con la gallardía de la decisión del que escala la montaña, seguro de que llegará hasta la cúspide, pese a tropiezos, raspones y golpes. Con la independencia de quien se sabe vivo, vital, capaz, dueño de sus emociones, a la hora del combate.
Para mí, Ser Alfa va más con la actitud y la fuerza con la que se afronta la vida, con la gallardía de la decisión del que escala la montaña, seguro de que llegará hasta la cúspide, pese a tropiezos, raspones y golpes. Con la independencia de quien se sabe vivo, vital, capaz, dueño de sus emociones, a la hora del combate.
lunes, diciembre 16, 2013
LOS TRENES DE LA MADRUGADA
Los trenes pasan de madrugada en San Antonio de Padua, sobre las vías roídas por el tiempo.
La estación, desolada, se puebla de gente que, cuando amanece, se dirige a la capital.
Un pájaro nocturno canta a las 3 de la mañana, Cono Sur de incertidumbre.Los vecinos de Roxana reparan sus automoviles, para dirigirse a cualquier rumbo, en la calle de Sargento Cabral y sus alrededores.
Padua, una ciudad tranquila, provincia de Buenos Aires, de viento calmo, de gente noble que saluda, que estrecha la mano, que pregunta cómo estás, a dónde vas, cuándo vendrás.
A veces sorprende la tormenta y el aire hace que los árboles exploten.
domingo, diciembre 15, 2013
SOBRE SER HOMBRE
No era un macho, pero bastaron 4 orgasmos para que el hombre se sintiera hombre, al escuchar los gritos de la ardiente chica, aquella noche de fuegos artificiales.
El hombre, fuera de ser seguro o no, ante la vida y ante su semejante, busca de vez en cuando reafirmarse; sentirse vivo a través de la transmisión de sensaciones. Dar. Ofrecer. Conquistar. Sea al amigo, sea a la novia, sea al universo.
El hombre nació para dar y eyacular ideas, pensamientos, vivencias, recuerdos, luz, oscuridad, vida... !vida al fin!
viernes, diciembre 06, 2013
Montevideo y sus paisajes
(Parte 1)
Llegando de un hermoso paseo por el Parque Rodó de Montevideo, donde hay una feria del libro. A punto estuve de comprarme uno de Ray Bradbury y otro de Borges, pero siempre me resisto ante la consumación de un acto.
Contemplé los árboles, el lago, el pasto, el cielo, las alturas. Tan siempre feliz y solitario.
Una mina con leggins pasea a su perro y arroja a la distancia un palo, que luego la mascota devora.
Un payaso callejero atrapa las carcajadas de los niños.
Los muchachos fuman en la plaza cigarrillos de marihuana, conversan mientras escuchan tango, y la policía los mira. No importa: su consumo no está penado.
Nunca falta el mate y el termo con agua caliente, algo más que común en los del Río de la Plata. Montevideo, una ciudad colorida y llena de nostalgia, comienza a saciar mi sed de vida.
Cerca, en la Facultad de Arquitectura, los estudiantes se reúnen en el bar de al lado, "El Farolito", después de la última clase. El día no ha acabado. ¿Qué más falta?
Caminé también por la rambla. Frente al mar, los chicos juegan hockey. Son las 10 40 de la noche. No hay complejos a la vista.
Un pájaro se pierde en la profundidad, al filo del Mundo. Sus alas arden de ternura. Añoran el regreso, pero extrañan el lugar de donde no se han ido.
(Parte 1)
Llegando de un hermoso paseo por el Parque Rodó de Montevideo, donde hay una feria del libro. A punto estuve de comprarme uno de Ray Bradbury y otro de Borges, pero siempre me resisto ante la consumación de un acto.
Contemplé los árboles, el lago, el pasto, el cielo, las alturas. Tan siempre feliz y solitario.
Una mina con leggins pasea a su perro y arroja a la distancia un palo, que luego la mascota devora.
Un payaso callejero atrapa las carcajadas de los niños.
Los muchachos fuman en la plaza cigarrillos de marihuana, conversan mientras escuchan tango, y la policía los mira. No importa: su consumo no está penado.
Nunca falta el mate y el termo con agua caliente, algo más que común en los del Río de la Plata. Montevideo, una ciudad colorida y llena de nostalgia, comienza a saciar mi sed de vida.
Cerca, en la Facultad de Arquitectura, los estudiantes se reúnen en el bar de al lado, "El Farolito", después de la última clase. El día no ha acabado. ¿Qué más falta?
Caminé también por la rambla. Frente al mar, los chicos juegan hockey. Son las 10 40 de la noche. No hay complejos a la vista.
Un pájaro se pierde en la profundidad, al filo del Mundo. Sus alas arden de ternura. Añoran el regreso, pero extrañan el lugar de donde no se han ido.
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