sábado, noviembre 01, 2008

Ya no tarda en oírse el murmullo de los niños,
A la hora del café de los adultos,
Cuando el pan se tuesta en la ausencia de sus almas

Ya no tarda en ocupar el sol la sombra más grande,
Con su luz mitigadora y los sueños de Dios bendito,
Que tanto ha hecho falta, tras su abrupta partida

Los astros del invierno incitan al cobijo,
Veo vagabundear al viejo que nunca tuvo casa
Y mi voz amenaza, con despertar el sueño.

3 comentarios:

alejandra dijo...

ey how are u
hoy me dieron ganas de visitar a los amigos

saludos!

AR dijo...

TE AMO

<3

Un beso, coleóptero.

Unknown dijo...

qué onda carnal, nos tocó juntos en el maratón, nos vemos el miércoles.