A César Vallejo
Murió de razón.
Lo encontraron tirado al borde del precipicio
De una frente portentosa.
Veo la carroza y lloro sin lamentarme,
Pues sé que su felicidad, fue su desdicha
Y su desdicha, su felicidad;
Pues sé que donde está
La vida es vida y la muerte ya no está,
Pues es ella, la única que marchándose se va.
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