lunes, febrero 25, 2008

Luces oscuras, a la hora de comer

Llegó la hora de un ritual supuesto. Llegó la hora de comer. Todos están preocupados por su hermosísimo paladar. Y todos se largan sin más que decir, cuando éste está saciado.

Ah, la era puta de la ausencia.

1 comentario:

Unknown dijo...

cá-ma-ra, vato, me gusta un chingo el rumbo que están tomando tus letras, como clavar un clavo de un solo chingazo.