Una noche me encontraba leyendo en un estado extraordinario de completa tranquilidad, hasta que un vampiro de lo peor, interrumpió ese estado, invitándome a una cena, donde aprovechó para alimentarse, en ese entonces, de la energía positiva que me arrullaba... Entonces todo cambió.. y descubrí que hay que cuidarse de los falsos corderos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario