sábado, mayo 14, 2016

Anoche algo oprimía mi pecho. Era la angustia sofocante, junto con el mal clima de la ciudad. Era un vacío, de ése al que uno no le encuentra razón precisa. Después, hablé contigo y mi dolor se juntó con el tuyo. Éramos dos. Tú también sufrías. También algo te dolía.

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