El transcurrir de cada instante se percibía bárbaro e inverosímil y la noche iba soltando el futuro del tiempo en redondas pausas de ansiedad, en negras lagunas de anhelo y ambición que cual una sola cadena ataban a los hombres entre sí con idéntico respirar e idéntico latido.
José Revueltas
Los días terrenales
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