domingo, enero 15, 2006

Orbe en fuegos.

Hubieron, pues, razones varias para anidar un mundo pestilente, para salvar la putrefacta senda altanerada por los caminos de una sinrazón constante. Hubieron pieles blancas que en su afán de redención ocultaron noches cándidas, pérdidas disolutas, humos combatientes. !Despídete, gran rebelde de las piedras, de los granos, de los aires, del misterio; ahuyenta, mísero trajinar, la patria perdida!

No hay comentarios: