martes, enero 16, 2007

La casa

14-01-07

En casa hay un toallerío. Varias toallas cuelgan de las puertas. En casa viven cuatro personas. Cada una de ellas de distinta frente y de igual latitud. Vive la escoria y vive el decoro. Viven los cielos y las tierras.

El día pinta frío. Ya se ha hecho costumbre sentir que arden los huesos. Y uno que habla de sí sin ninguna pena, flacucho: ¡más que cala!

Veo la guitarra reclinada, la fiel guitarra. Ella ha acompañado al cuerpo que le da voz, adonde quiera que haya ido. Con ella se ha grabado, fotografiado, sufrido, ¿por qué no?

Ivette, amiga de mamá cumplirá mañana no sé cuántos eneros. Abajo, contrario al “arriba” de casa donde me sitúo, se oyen risas de algún hombre alias “Chava” y bastantes de varias mujeres. Se le ha organizado, pues, una tertulia dominguera.

La casa se ha convertido en el espacio adecuado para la armonía espiritual y etílica. Su dirección rinde tributo a provincias de España. ¿Cuándo vamos, Ale mía?

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