domingo, diciembre 09, 2007

Letargo

I

Hoy llueve y no es novedad. Ni para el cielo ni para la lluvia. Han quedado crucificadas las posadas y muertas las luces. No, no divago ni intento descifrar un diluvio. No. Solamente el corazón atemperado podrá derribar la tempestad. Se ve la más grande silueta y se esconde el más frío invierno. Se canta y la luna vigila. Esto acaba: Letargo de despedida.

II

Haz que prevalezca el sentido digno que las rosas despiden. Su furia es nuestra predilección. Su llanto, el compás de mediodía.

III

Cada vez que pasa más el tiempo, nos damos cuenta del hervor de la ausencia que nunca vino.

IV

El canto de una musa es el orgasmo del dios más grande de los dioses. Lo he notado en los espejos de la brisa. Cada descarrilado orgullo de algún barbaján sin tino, es su lágrima de dicha.

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