domingo, febrero 15, 2009

La escuela y el pasado

En mi escuela primaria la felicidad representaba aquello distinto a las aulas; las niñas gritaban, meneándose las faldas; los niños jugaban con los niños; pero llegó un momento en que los edificios comenzaron a envilecerse y los llamados buenos modales se apoderaron de las mentes frescas. Pudieron, amigos, haber emprendido el vuelo hacia el aire puro y viejo, pero decidieron seguir encarcelados, en el mundo fácil de la ausencia.

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