Vuelvo a conocer la mañana
Y yo que me creía abandonado, mártir de la soledad, espécimen. Y ahora con el debido compás, vuelves y mi canto es fuerte, porque permaneces.
Y yo que me creía abandonado, mártir de la soledad, espécimen. Y ahora con el debido compás, vuelves y mi canto es fuerte, porque permaneces.
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