sábado, junio 28, 2008

Lo que habitan las palabras

La gula, el vicio, la lujuria
Lo que habitan las palabras
!Limítrofe de mí, buen lobo!

No me da la gana conservar amor a las flores, !¿qué sé yo? Me recluyo en los espejos sin ser absoluto todo aquello que pronuncio; es palabra al fin, palabra vil del que pronuncia, magia o perdición, risa, esotería. Algún ripio de bajo perfil pudiera marcharse, si por fortuna, no fuese tumba sin regreso. Pero, ¿cómo reclutar las palabras que reclaman el silencio, a mitad de camino? Nuestros pasos sobre el desierto son tenues. El terco escribidor, pasada la noche exhausta, marcha atrás: "me he resignado ante el sublime silencio".