martes, febrero 03, 2015

Cristina Kirchner: en la boca del lobo


A pocos meses de dejar el poder, la presidenta se encuentra en aprietos en una convulsión social desatada por una noticia que ha dado la vuelta al mundo: la muerte del fiscal Nisman, vigoroso opositor de la mandataria, especializado en casos de terrorismo.

Pretendía enjuiciarla por su presunta responsabilidad por encubrimiento en el atentado terrorista contra el edificio de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina). Fue el 18 de julio de 1994. Dejó un saldo de 85 personas muertas y 300 heridas. Uno de los más graves atentados que ha sufrido Argentina.

El pasado 19 de enero del presente año, ante la convicción, o al menos la sospecha de un asesinato o “suicidio” del mismo controversial Nisman, ciudadanos disidentes del gobierno, convocaron en las redes sociales a una manifestación en la Plaza de Mayo y en sus alrededores, en donde la acusaron de “asesina”. Llamaron a “cacerolazos” y a gritos fuertes. “Que nadie se quede en casa”, fue una de las tantas consignas. Fue también una de las Tendencia en Twitter.

Como todo supuesto crímen de Estado, será difícil saber con pruebas en mano, al menos hasta ahora, quiénes fueron los orquestadores del crímen. Nisman había denunciado amenazas del propio Gobierno. Hay varias hipótesis del caso y ahora la propia Cristina denuncia “un complot”.

Asumamos, amigos míos, que en este tipo de casos, es fácil sospechar del que mayor causa sospecha para la oposición, pero difícil aventurarse radicalmente y afirmar “Fue la propia Cristina la responsable”. Recordemos el caso Colosio.

El más acérrimo periódico opositor, Clarín, ha causado revuelo en sus líneas, como era de esperarse.
Cabe resaltar, que hasta cierto punto el gobierno de Argentina, a diferencia de países de América Latina, como Cuba, y en parte Venezuela, sigue permitiendo la existencia de medios de comunicación incómodos para la Quinta de Olivos.

¿Fue mera casualidad el asesinato o “suicidio” del exfiscal? ¿Fueron órdenes del Gobierno, desesperadas, para, irónicamente, aislar a la ciudadanía del debate ante las elecciones generales de este año?

Una presidenta Bipolar

El 22 de enero, Cristina Fernández hizo una carta pública, muy criticada, donde revira su convicción de que el exfiscal no fue asesinado. La señora había, tiempo atrás, redactado otra carta en que afirmaba que todo indicaba que Nisman se suicidó. Eso ha enardecido a la dura oposición de Argentina y así, se generan más incógnitas.


En mis largas caminatas por la Avenida Corrientes de la Gran Buenos Aires, tomé un taxi y, por órdenes del oficio me vi obligado a preguntar al taxista que si qué opinaba de la presidenta. “No se puede tener a una presidenta con evidentes problemas emocionales. No se puede tener en la silla presidencial a una mujer que un día le dice que sí a un problema de interés público, y que al otro día le dice que no”.

 

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