Cristina Kirchner: en la boca del
lobo
A pocos meses de dejar el poder, la
presidenta se encuentra en aprietos en una convulsión social
desatada por una noticia que ha dado la vuelta al mundo: la muerte
del fiscal Nisman, vigoroso opositor de la mandataria, especializado
en casos de terrorismo.
Pretendía enjuiciarla por su presunta
responsabilidad por encubrimiento en el atentado terrorista contra
el edificio de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina). Fue
el 18 de julio de 1994. Dejó un saldo de 85 personas muertas y 300
heridas. Uno de los más graves atentados que ha sufrido Argentina.
El pasado 19 de enero del presente año,
ante la convicción, o al menos la sospecha de un asesinato o
“suicidio” del mismo controversial Nisman, ciudadanos disidentes
del gobierno, convocaron en las redes sociales a una manifestación
en la Plaza de Mayo y en sus alrededores, en donde la acusaron de
“asesina”. Llamaron a “cacerolazos” y a gritos fuertes. “Que
nadie se quede en casa”, fue una de las tantas consignas. Fue
también una de las Tendencia en Twitter.
Como todo supuesto crímen de Estado,
será difícil saber con pruebas en mano, al menos hasta ahora,
quiénes fueron los orquestadores del crímen. Nisman había
denunciado amenazas del propio Gobierno. Hay varias hipótesis del
caso y ahora la propia Cristina denuncia “un complot”.
Asumamos, amigos míos, que en este
tipo de casos, es fácil sospechar del que mayor causa sospecha para
la oposición, pero difícil aventurarse radicalmente y afirmar “Fue
la propia Cristina la responsable”. Recordemos el caso Colosio.
El más acérrimo periódico opositor,
Clarín, ha causado revuelo en sus líneas, como era de esperarse.
Cabe resaltar, que hasta cierto punto
el gobierno de Argentina, a diferencia de países de América Latina,
como Cuba, y en parte Venezuela, sigue permitiendo la existencia de
medios de comunicación incómodos para la Quinta de Olivos.
¿Fue mera casualidad el asesinato o
“suicidio” del exfiscal? ¿Fueron órdenes del Gobierno,
desesperadas, para, irónicamente, aislar a la ciudadanía del debate
ante las elecciones generales de este año?
Una presidenta Bipolar
El 22 de enero, Cristina Fernández
hizo una carta pública, muy criticada, donde revira su convicción
de que el exfiscal no fue asesinado. La señora había, tiempo atrás,
redactado otra carta en que afirmaba que todo indicaba que Nisman se
suicidó. Eso ha enardecido a la dura oposición de Argentina y así,
se generan más incógnitas.
En mis largas caminatas por la Avenida
Corrientes de la Gran Buenos Aires, tomé un taxi y, por órdenes del
oficio me vi obligado a preguntar al taxista que si qué opinaba de
la presidenta. “No se puede tener a una presidenta con evidentes
problemas emocionales. No se puede tener en la silla presidencial a
una mujer que un día le dice que sí a un problema de interés
público, y que al otro día le dice que no”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario