miércoles, marzo 16, 2005

Quizá el mundo es esto

Roberto es un filósofo afamado de aquellos que ven la vida de una manera insólita, un contemporáneo en la literatura, muy estudiado, natal de Francia. Está en este momento ante una rueda de prensa donde se encuentran distintos medios de comunicación hispanos que le rodean; viste de camisa a cuadros desteñida y un sombrero correspondiente a la moda antigua de su país; muestra una falsa sonrisa, seria y forzada. Llegaron mis ojos a notarlo, pues cuando uno sonríe real y sinceramente, el despliegue de este gesto proviene indiscutiblemente de las raíces puras de la felicidad o la gracia, de la diversión o el humor, nunca de la rabia o la inestabilidad. Dejándome de intuitivos análisis psicológicos, recordé mi realidad: escribía para uno de esos periódicos sucios completamente, partidarios, nulos en equidad, sujetos a la conveniencia política, etcétera, donde el editor me obligaba a escribir todo lo que fuese, menos lo que ocasionalmente mi creatividad asesorara. Ganándole la palabra a una periodista chaparra con complejo de inferioridad que hizo recordarme a ese mismo de las sirvientas provincianas con sus patrones ricos e ignorantes, balbuceé: “Señor Roberto, de acuerdo con su libro mayor, el que todos conocemos, el célebre que ha cruzado cientos de países en el mundo, dirigido especialmente a ‘ese nuevo mundo de ideas dislocadas’ que incitan al ‘dinero por el dinero’, al obligue de la adversidad profesional con el fin de conseguir puestos millonarios; en suma, pues, a las ideas circundantes en el mundo actual, cada vez más deshumanizadas, ¿qué nos puede decir de todo esto?, ¿piensa, por citar un ejemplo, que somos el sueño o la pesadilla de un Dios?, ¿una muerte vivida?”. Estalló en carcajadas, desplegando su energía en un raro éxtasis propio de un excéntrico que hizo estremecer más de lo que ya estaban a todos. Cuando hubo terminado su escándalo, tornando una actitud diametralmente opuesta a la de antaño, soltó: “Bah, este mundo no existe, aun nuestros ojos sigan percibiendo una realeza estúpida; nada defectuoso como el mundo ha de poder existir aunque le veamos y sintamos, pues, ¿qué significado tiene el mal en esta vida?, ¿acaso el de un lobo temido que aunque intentemos desvanecerlo de nuestras mentes y entornos, sigue estando por encima de nosotros, burlándose con sus irreverencias y sátiras desde arriba? Más ahora, ¿qué significado tienen el mal y el bien mezclados?, ¿una diversidad favoreciente?, ¿el hermoso clímax de un cuento infinito?; yo diría que el mundo mismo, por siempre inexistente para la felicidad”. Levantándose de su asiento, salió enojado del recinto, perseguido por el peso de la vida.

*Texto que será publicado el próximo domingo en la Revista Dominical del periódico Cambio.

2 comentarios:

nacho dijo...

Me dio mucho gusto leer tu blog, vas a ver que vas a llenarte de lectores muy pronto... qué bueno.

El fin de semana voy a recomendar tu página en mi blog. Estate listo.

Sale? te mando un abrazo. (Nacho Mondaca,humphreybloggart).

Pablo Aldaco dijo...

Gracias. Espero veros en San Luis en el encuentro de abril.