domingo, noviembre 04, 2007

Dos pájaros al cielo

Sabina y Serrat supieron unificarse, dos pájaros de un tiro ilesos: ambos se lucieron fuertes. La edad no importó ni importará en estos dos cantores. Cada arpegio divino que un dotado del alma escucha reconforta la fuerza de un cuerpo hecho para una danza especial -la de la vida misma-.

Fue una noche melancólica como ellos desde el principio anunciaron. Por varios momentos olvidé a la mayoría de los jóvenes deseosos sólo y únicamente de ritmos cachondos, movibles, de esos "para pasar el rato, la diversión", pero vacíos al final, vacíos de espíritu:

Un compás de lento viaje también se baila, mis queridos: con la mirada, con el sentido, con la pasión que la esencia transmite. Y así termina esta historia.

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