viernes, mayo 16, 2008

Música al amanecer

!No te pongas tan serio, que te vas a demorar! Y vaya que demorarse es cosa de brutos. Carcajéate y verás cómo el llanto vendrá.

Hoy madrugada, viernes, escucho a los gallos nocturnos. El amanecer, ¿cómo evitarlo? !Que descanse la noche!

Duerme poco, triste, finge ser dichoso: tu alma en la vigilia, el destello de los rayos de lo que no se nombra.

Vámonos, que corazón te llamo, porque lo he otorgado.
Que corazón te falta, y me has acabado.

-el corazón no es válvula, me digo -

Amor para nosotros solos, sangre para el bandido
Amor para ti y tus adentros: fuego hermoso.
Deja de latir, sin dejar de existir

Ahora ansío navegar lejos de un mar común.

Alguien silba. ¿Alguien o algo? Terrenalmente, alguien.

Pues bien, pregúntate a dónde vamos a parar. Somos el colmo y el producto de éste, la satisfacción, el fracaso. Me temo que iremos a parar al camino del retorno.

La pluma no se comporta rígida, amigo mío. Esta mañana junto a ella todo es claro y la negación de los sentidos equivale a la existencia del cosmos.

Poco a poco nuestros dioses se aburren del fragor de los delirios. Por eso duermen todo el tiempo. Por eso el reino es perezoso.

Evocar a la música, !es lo que hace falta!

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