lunes, octubre 13, 2014

Cada noche en Madrid

Cada noche en Madrid, después de la fiesta de afuera, me iba a la fiesta de dentro, acompañado de una buena botella de vino, de esos riquísimos y hermosos que hay por allá. La compraba en una tienda de chinos donde siempre tienen un destapacorchos listo. Llegaba al hotel ya descorchada, a la fiesta de dentro, donde en un pequeño escritorio escribía, escribía y escribía, a solas con mi pluma.

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