Es difícil callar
Lo más sabio, lo más difícil es callar ante el juicio ajeno. Sea este suave o lapidario; tenue o sanguinario.
Lo más difícil es no defenderse. Dejar que el otro termine esa batalla contra sí mismo que escupe en los demás para no delatarse. Pues somos espejo y sustancia. Origen del origen.
Lo más difícil es no responder, escuchar el grito del que sufre inmerso en el fuego. Lo más difícil es no ofenderse ante el disturbio verbal del que creemos ajeno.
Pero callar, callar es saborear la paz. Silencio dulce. Calla, no respondas.
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