miércoles, mayo 07, 2014

Ya no creo en la sociedad

Y como no soporto a la mayoría de la gente capitalina, que descarga su estrés con hostilidad hacia los demás, que con su jeta y mirada agresiva pareciera que nada más están esperando a ver cómo los miras para descargar sus complejos reprimidos.
Taxistas que les haces la seña para que se detengan y por joder disimulan que sí lo harán, pero al final no. Casi todos a la defensiva, como puercos; francamente, como viles animales.
"Órale, carnaaaaal", me dijo un wey un día que fui de compras. Yo contento, tranquilo, lento pero seguro, como suelo ser de vez en cuando, me encontraba poniendo víveres dentro de unas bolsas. Y ni siquiera le obstruía el paso.
Como no soporto esa actitud generalizada, trabajo más en casa y salgo cuando debo de salir. Más vale solo que mal acompañado. Por razones de salud.
Váyanse al carajo.
POSDATA: Una disculpa para mi perra.

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