lunes, septiembre 22, 2014

El Creador

La idea de un Creador y sus probables consecuencias con mi vida, me envolvió en una confusión continua y hasta tediosa un domingo nublado. Era como un caminar en un círculo vicioso.
Quise hurgar en su aliento, pero al final, todo se resolvió no con pensar en él, sino en rendirme ante mis propios deseos. ¿Qué era lo que yo quería hacer? ¿Torturarme, indagando acaso los probables orígenes de mi existencia? ¿Especular? ¿Ir hacia ninguna parte, como un nihilista irredento?
Lo que Dios quiso era precisamente que no pensara en él, sino que a través de él y de su guión, leyera un libro. Tal es así, que le hice caso a mis deseos y todo volvió a la paz. Dios no quiso que lo mirara de frente.

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