miércoles, junio 22, 2005

Consejo.

Ni un minuto más blasfemes tu savia; ella conoce los milagros y el nulo detenimiento de tus actos plenamente puros; tu savia, la sustancia, el ahondar del túnel que te enreda. Ni un minuto más dudes de tu alma, la que sabe de tu gloria en la tierra, la que habla aunque el silencio se interponga... en un amanecer muerto, en el mundo fruto de la vida.

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