jueves, junio 30, 2005

Sí.

Desnúdate para los ojos muertos del deseo. Así, como la noche donde tú fingías el sueño y yo, aprisionado, bajo el impostergable deseo que al viril le caracteriza, te apergollaba tanto hasta el hastío. ¡Siempre la noche, fruto de los dos cuerpos! A veces pienso que el mundo fue creado una noche, una noche donde el aire de abundante pureza, transparente igual, tornó la divinidad terrestre.

1 comentario:

Pablo Aldaco dijo...

Good for read you. Shure I`ll send you e-mails. And if you are going to Turquía: !good luck!