lunes, junio 13, 2005

Domingo

Hoy día he vagado por las calles lagrimando. Gente que me mira, gente azorada. Sus caras ¿qué reflejan?: la duda del porqué, el cómo y el por dónde. No hay perturbaciones a mi rostro y si acaso estuvieron, no las hube percibido; pues mis ojos lágrimas, mis pasos hundidos, mi silueta al obstine del suelo, se habrán encontrado acaso ausentes del orbe, como viajados al Sinver. Me encontraba sumido tristemente, sin canto alentador, en la alameda lagrimando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No os alarmeis, mi autor!, c´est la vie!... , c´est la vie!
y ha así ha deser de aquí en adelante: ¡tomadla por los curnos!