jueves, noviembre 03, 2005

Ante el mar el hechizo.

Palpo el cráneo de quien vierte pensamientos diariamente en las hojas blancas. Hojas blancas, donde el puño ha de ser quien marque los sucesos de la Vida y el Misterio.

Al Santo Oficio, roedor de la inmundicia, despecho en demasía; gruño en el percance de la hueca vida, que atraviesa los linderos del fervor y la nostalgia.

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