miércoles, noviembre 09, 2005

La ilimitación del ser hiper-pensante.

Entender produce placer, llamas de satisfacción. Sin embargo, cuando es sumo el entendimiento del mismo entendimiento de algunos pensantes, éstos retan la posibilidad de no entender lo que se entiende por sólo el hecho de conseguir el engrandecimiento de su problemática interna; por sólo el hecho de engrandecer esa dinámica de la nula limitación que tanto les caracteriza. De pronto, viéndose embarcados en marea negra, habido emprendido un largo trayecto pese a el oleaje desorientado, vuélvese real la ficción de no entenderse lo entendido, y por tanto, se consigue el suplicio.

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