miércoles, agosto 03, 2005

Fuga.

Me he levantado reciéntemente del trono con la idea de ya jamás volver a él; después de veinte años de haber estado sentado allí, me he rebelado. Suenan ahora las campanas; éstas avisan de mi fuga al entero pueblo. Ellos, los que lo pueblan, intentan detenerme, buscan mi paradero mientras yo escapo de esta cárcel, "La Cárcel del Mundo", que así he bautizado; salto muros en total desesperanza, sudo atípicos sudores, y no duermo hasta encontrar un lugar desierto, donde el aire corresponda a mis sentidos.

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