Wala quiere conocerme,
Yo le digo, ¡exhala!,
Maligna de perfume que engatusa;
Hondamente tu respiro esté
Y permanezca aislado del Oscuro lado;
Ten abrigos es pensar
Que existe el término fecundo,
Tanto tiempo por vivir,
Tanta nada por morir;
Pues las puertas,
Son las puertas
del infierno las que vienen,
Claman sus tocs tocs
Zumbadamente;
un candado de hierro no soldará el tiempo.
¡Fuegos, fuegos quemantes como cañones
avecinan las puertas,
claran los ojos de los liberados miedos!
1 comentario:
Héme aquí, justificando los cinco pesos para agradecer tal puñado de ideas.
Continúe así...
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