viernes, julio 04, 2014



Albañiles de cascos amarillos

De mañana me despierta el ruido de las maquinarias. Frente al edificio donde vivo, hay uno aún despoblado, al filo de sus últimos detalles. Albañiles fuertes de piel morena, que arriesgan su vida entre gritos cuando llega el momento en que deben sujetarse con cuerdas para no caer al vacío, y uno de ellos recibe la instrucción de "El Jefe", desde el punto más alto del edificio.

Bromistas, nunca pierden el sentido del humor. Se gritan, se "insultan", se apapachan. San Pedro de los Pinos es pura risa este viernes de julio, pues ya les llegó la quincena y de regalo, más tarde, cuando casi caiga la noche, unas cervezas bien frías que desde el lunes ya las esperaban. Pero primero, el trabajo. 

Aún oigo el martillar de clavos de ruido intenso. Antes, la zona era una cementera. 

El dia amaneció brumoso, pero aún la lluvia que amenaza en volver de su sueño, no les asusta. 

México quedó eliminado del mundial. Pero ahora una pequeña televisora basta en sus tiempos libres, para que sintonicen el "Brasil-Colombia".Lo que los motiva es que, después de que la escuadra nacional hizo un buen papel y ya no esté más, un equipo de América Latina gane el mundial"¿Qué diría Eduardo Galeano de sus grandes deseos?

A la una de la tarde hacen un break y entre cooperacha y cooperacha sus esposas les sirven con gusto, cuando el de la voz, con cierta envidia, los mira disfrutar de un buen taco mexicano. 

Ya marcan las siete, poco a poco el ruido de las maquinarias se va yendo, como las nubes que se despiden para dar lugar a la gran nube negra de la urbe. Ya no hay cascos amarillos.

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