domingo, julio 24, 2005

La premura del andante.

1.- La premura del andante es percibida por los ojos del veedor.
El andante caballero se apea, a medianoche, de su caballo, un caballo café, maduro, de ojos enrojecidos por el cólera. Desecha de su boca blancas salivas; como un flujo de río viaja. Cada cabalgar intenso de sus patas equivale al salvajismo que le ha otorgado la vida. Y sentado en sí su amo, listo para volver a emprender la brecha, se resigna.

2.- Después de haber gozado eternamente de una iluminada tarde, compañeros, bajo la más alta de las montañas; ya habido regresado nuestros cuerpos a su proveniencia, un mirar conjunto cede sus ojos, queridos campesinos, a la próxima lunada.

2 comentarios:

nacho dijo...

Envidiable esa gira por el sur de la península. Si andas por allá saludos al Edmundo... un abrazo desde Beautyfulville.
(hb)

Pablo Aldaco dijo...

Aquí ando con Edmundo, le mandaré saludos de tu parte.